En esta ocasión, vengo a hablaros del archiconocido Wordperfect en su versión «Office» X3 (no diré la versión exacta, para que nadie la pruebe con prejuicios), en mi caso, no la compré, me la regalaron unos ¿amigos? Y hasta hace muy poco no me había decidido a probarla.
Pues bien, abrí la cajita de marras y, cuando voy a proceder a su instalación…¡¡¡ Qué mala suerte, me falla el instalador…!!!
Me pongo en contacto con el soporte on-line y les explico lo ocurrido, cuando por fin consigo que llegue a la pantalla de selección de aplicaciones a instalar…me siento fracamente decepcionado…Veo que el instalador (por defecto) me quiere instalar todo (casi 1GB de espacio en el disco duro).
Para mí, eso fue un detalle muy negativo, casi 1GB de mi HD, sin una base de datos (que sí me instala el Office de Microsoft), sin editor de ecuaciones / fórmulas, sin función de autoguardado…
Si ver lo que ocupaba y sus carencias antes de instalarlo ya era malo…ver las carencias «in situ», es abrumador…Sí, se aprende a usar muy rápidamente, es muy intuitivo…pero también limitado (y mucho).
Probé también su hoja de cálculo y su aplicación para presentaciones… francamente decepcionante, a la hora de ejecutarlas en el Office de Microsoft, se descuadran, el formateado del texto se corrompe…en fin, que menos mal que eran pruebas y no un trabajo real…o habría tenido que rehacerlo todo.
Así que fui volando al Panel de Control y con mucho cuidado, procedí a desinstalarlo, cogí mi Office 2007, lo instalé de nuevo y os puedo decir que una y no más…
Todo el mundo dice que el Wordperfect es mejor que el Word, bien, es una opinión y como tal respetable… Pero yo sigo sin ver en qué…la instalación del Office 2007, me llevó bastante menos tiempo (pese a consumir más recursos del sistema), sí me instaló una base de datos (y otras muchas utilidades) y, me ocupó mucho menos espacio en el disco duro.
En fin, que si a alguien le gusta / viene mejor el Wordperfect Office, estupendo, pero sobre lo de ser mejor que el Office de Microsoft largo y tendido habría que hablar.
Por mi parte, ha sido la primera (única) y última vez que lo he usado.